Bueno, hoy tendremos que darte un par de malas noticias. Tus padres lograron retirarse en un sistema laboral que les permite seguir disfrutando de una remuneración mensual, gracias a los años que cotizaron en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Pero la jubilación fue eliminada de la ley en 1997, por lo que, no importa cuántos años trabajes, si comenzaste después de 1997, cuando dejes de trabajar deberás vivir de tus ahorros.
En este punto en donde empiezan los problemas, pues en México no existe una cultura del ahorro como tal, de hecho, el 56% de la población adulta no tiene una cuenta de ahorro formal y sólo el 24% de los mexicanos afirma estar guardando lo suficiente para su jubilación, mientras que en los Estados Unidos la cifra es de 42%, según la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el retiro, la Amafore.
Si estás dado de alta en el IMSS, el ISSSTE o eres trabajador independiente, en lugar de la jubilación, ahora tienes acceso a una Afore, que es una administradora del dinero que irás ahorrando el tiempo que trabajes a través del Sistema de Ahorro para el Retiro, el SAR, y que será la que te entregue tu pensión al jubilarte, dependiendo del monto de aportaciones que hayas realizado, ya sean obligatorias o voluntarias; los rendimientos generados por la inversión de tu dinero que realice la Afore, las comisiones que te haya cobrado por administrar tu fondo, la edad a la que te retires y tu salario al jubilarte, entre otros.
¿Será suficiente mi ahorro cuando me retire?
Aquí hay otro problema, pues los expertos coinciden en que la cantidad que logres ahorrar en tu afore no será suficiente para que vivas dignamente tus últimos años, pues corresponderá al 20 o 30% del dinero que percibes al momento de dejar de trabajar.
Lo que se recomienda, es hacer un ahorro aparte, haciendo aportaciones voluntarias o bien, contratando un fondo de ahorro para el retiro a donde debes destinar, por lo menos, el 10% de tus ingresos mensuales. Aunque, si tienes más de 40 años, te conviene ahorrar entre el 25 y el 30% de tu sueldo para alcanzar una meta razonable de ahorro.
Existen otros instrumentos financieros, como los seguros de ahorro para el retiro, que se encargan de proteger el dinero por un periodo determinado de tiempo durante el cual, el contratante deposita la cantidad que haya decidido separar de su ingreso. Además, este tipo de seguros ofrece otro tipo de coberturas en el mismo contrato, como un seguro de gastos funerarios, o médicos.
Si ya te has dado cuenta que vas tarde para empezar a ahorrar, no te preocupes, aquí te damos unos tips para que te sea más sencillo:
- Empieza de inmediato. No lo dejes para el mes siguiente, desde hoy aparta una cantidad de dinero, y ve aumentando hasta que sea la necesaria para cumplir tu meta.
- No pongas pretextos. Solemos decir que no nos alcanza y que tenemos demasiados gastos, pero en realidad no todos son necesarios. Corta aquellos egresos que no signifiquen una pérdida como tu café diario, los viajes en taxi, etc.
- Ponte metas. Date una fecha límite para elevar la cantidad de tu ahorro, motívate y llega más lejos cada vez.
- Paga tus deudas (y no generes más). Una de las grandes limitantes el ahorro son las deudas. Lo mejor es que vayas liquidándolas y, en un plazo no mayor a un año o 18 meses, acabes con ellas. Verás cuánto capital liberas una vez que no tengas adeudos.
- Contrata un plan de ahorro voluntario o un fondo de ahorro para el retiro. Sin duda, no hay mejor ahorro que el que no puedes gastar, acércate a las instituciones financieras y conoce los beneficios que te ofrecen.
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