Especial: toda la verdad sobre los esteroides

Es fácil hacer la prueba: tan sólo tienes que levantar la vista de la mancuerna en tu gym, sobre todo en esta época del año, para darte cuenta de lo sospechosamente rápido que han crecido los músculos de ese tío que en el mes de febrero ocupaba la mitad de espacio. Una de dos: o ha puesto en marcha a la vez todos los consejos de todas las ediciones del mundo de Men’s Health… o ha optado por meterse un ciclo.
Siendo honestos, no es algo de lo que suela hablarse abiertamente. Es, de hecho, un tema tabú. Uno no se acerca una tarde y le suelta a la mole que levanta 120 kg en el press de banca: “Oye, ¿tú donde pillas el Winstrol?”. La cosa funciona de otra manera.
“Yo me fijé en un chico del gimnasio que a veces me ayudaba con las barras y que está como un toro” explica Marc (nombre ficticio), informático en paro de Barcelona, de 34 años. “Un día, mientras me ayudaba, le pregunté si se ciclaba, y me dijo que sí. Le pregunté si podía conseguirme producto, y así es como voy a hacer mi primer ciclo este verano. Hace cinco años hice un intento, combinando dos productos para ver cómo reaccionaba mi cuerpo, y este año me he animado a hacerlo completo”.
El suyo no es precisamente un caso aislado, sino uno más de una tendencia global al alza. Si llevas entrenando un cierto tiempo, seguro que alguna vez has oído algo o incluso se te puede haber pasado por la cabeza echar mano de la agujita milagrosa. En Reino Unido, la última Encuesta Nacional sobre Esteroides concluyó que un 3% de los hombres británicos recurren a ellos e incluso algunas cadenas de gimnasios en ciudades del norte del país han tenido que rediseñar sus vestuarios masculinos para evitar las inyecciones allí mismo. En España hay pocos datos oficiales y poco actualizados, pero son reveladores: la Sociedad Española de Andrología afirmaba, ya en 2010, que los casos de infertilidad masculina asociada a los anabolizantes se habían triplicado. Y la Encuesta Escolar de la Generalitat de Valencia concluyó en 2006 que un 3,3% de los escolares entre 14 y 18 años y un 7,9% de los chicos de 18 lo habían probado alguna vez.

NO SÓLO EN EL GYM

Cualquiera diría que estas sustancias son sólo carne de gimnasio. Pero no. La última operación de la lucha antidopaje en España, tras la mediática Operación Galgo, se saldó con la detención de 15 personas en Asturias el pasado febrero, entre las que figuraba Pedro Pablo Nolet, velocista que compitió en la selección española en los años 90. Incluso la UEFA se vio salpicada por el escándalo cuando, en septiembre de 2015, la revista médica Drugs Testing and Analysis publicó el mayor estudio sobre dopaje en el fútbol profesional: 4.195 muestras anónimas de orina de 879 jugadores recogidas durante la Champions League y las ligas de España, Inglaterra, Italia y Alemania entre 2008 y 2013 revelaron que el 7,7% presentaban niveles de testosterona por encima de lo permitido por la UEFA, que aseguró que no existe un problema de dopaje entre sus jugadores.
fuente:http://www.menshealth.es/

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